sábado, octubre 07, 2006

de vez en cuando rosada

Se creían sin testigos, pero olvidaron a la flor. Creíanse sólos en un mundo infinito, pero ella los miraba sin cansarse, alimentándose de sus pasiones, de sus cariños y besos. De esa forma en la que se miran, deseosos, ansiosos, enamorados ante todo.
Ella, flor de 55 pétalos sabe, que los besos se dan con amor, que los cuerpos se buscan con amor y que con el mismo amor se van descubriendo, se sienten y se entienden.
Pero los ojos del guardia sólo ven a dos jóvenes besándose con desenfreno.
La flor quiere llorar, pero no puede, no sabe llorar, quiere llorar porque entiende tantas cosas, entiende por ejemplo, que el guardia no sabe ni sabrá esto del amor. Entiende que ellos ya no podrán besar sin amor, entiende que en cuatros letras se enmarca algo que no cabe, que lo intenta pero no puede, no sabe este sentimiento esconderse en tan pequeño lugar...
la flor llora, y ríe y se va haciendo como un cofrecito en donde los enamorados guardan sus secretos

nosotros ayer guardamos uno

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