
[Se agarró de una manija cuando el tranvía tomaba la curva del 25 de Mayo y pegaba el coletazo habitual. Juan había sacado un libro y estaba leyendo. "Macanudo, escribí para que después te lean en los tranvías." Estuvo a punto de manotearle el libro, deslizar la mano por la espalda de la señora con los paquetes y arrebatarle el libro antes de que se diera cuenta. "En fin, en fin", pensó, menos irritado. "Total, a estas alturas del emputecimiento local, un tranvía es la justa sala de lectura. Pero habría que curarse en salud y escribir pensando en eso, en las circunstancias en que seremos leídos. Capítulos para el café, para el tranvía y otros para el fin de semana en que nos perfumamos y elegimos el buen sillón, la buena pipa y la cultura. Está muy bien así. ]
de "el examen"
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