
El juego era más o menos así, quedabamos en algún lugar procurando ser imprecisos en la hora y en lugar, entonces uno de nosotros llegaba primero, convencido de ser quien llegaba primero, buscaba un lugar no evidente, no obvio, no vulgar, y se sentaba a leer, o se quedaba de pie, o bailaba escuchando música, o cantaba, o jugaba con los cordones de sus zapatos, o miraba a los niños y se reía.. cualquier cosa. Entonces el otro llegaba, convencido de ser quien llegaba después y el juego consistia en encontrar al otro, en imaginar qué estaría haciendo en ese preci(o)so momento, en imaginar dónde, qué libro leería, qué canción cantaría, a qué juegos jugaría. El juego era más o menos así, aunque nunca lo dijimos.
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