El ignorante es más feliz, porque ignora toda realidad de más allá de su ambiente estrecho y se conforma sólo con lo que tiene. Pero el ¡hombre consciente ya no puede ser feliz!... ¡porque le falta muchos de sus derechos para ser feliz!
Donde penetra el sindicalismo legítimo y verdadero, despeja las empañadoras de los ojos de la sociedad oprimida y hace ver la realidad, hace saber que le faltan muchos de sus derechos.
La sociedad motivada y comprendiendo la situación, empieza a luchar y ve la necesidad de organizarse y unirse para desatarse las ligaduras opresoras y ser libre de las mordazas, vence las murallas opresores y se despeja de los impedimentos y empieza hacer funcionar sus talentos para extirpar a sus usureros y opresores. ¡El hombre por más ignorante que sea, siempre aprende y con la práctica perfecciona!
[Principios elementales del sindicalismo, Eusebio Tapia Aruni, Edición Qhananchawi, Bolivia 2007]
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