amar, querer y conspirar

De una forma u otra los verbos querer, amar y conspirar eran antes para mi verbos planos, simples, cuyo significado eran exclusivamente eso... querer, amar y conspirar...

Hoy en cambio son verbos complejos, que tienen múltiples aristas y significan muchas cosas, son verbos que se entrelazan entre ellos, se combinan exquisitamente hasta el punto que no se puede querer sin amar, amar sin conspirar, conspirar sin querer y menos aún conspirar sin amar, son un todo cuyas partes son dialécticas y dinámicas, la mezcla perfecta entre la independencia que hace que en ciertas ocasiones se pueda diferenciar entre querer, amar y conspirar y la dependencia que se materializa en relaciones como esta en la que se conjugan perfectamente los tres verbos en el hecho casi inexplicable de la intensidad de los sentimientos (los del uno con el otro y viceversa). Y resulta entonces que voy aprendiendo a ser más cuidadosa con las palabras (quizás más que lo necesario) y cuando te digo que te quiero es un cariño que viene del alma porque es un cariño que significa también amar y conspirar, implícitamente, secretamente, apasionadamente... y este último adjetivo (apasionado) debiera también incluirlo en todo esto porque resulta iluso tratar de enajenarlo de esta vorágine que somos...