y la nostalgia
de algún sábado trunco
comiéndome el color de las uñas
pateando piedras, pisando pozas de agua
como si todo fuese hoy diferente
por ser hoy
como si todo fuese hoy, aun, aquí
tu mano encontrando la mía al azar
maldito azar! maldito azar!
deberías haber muerto cien mil veces y no ser eterno
y no ser tu, no ser, nada
deberías no existir ni en mis recuerdos
menos aun estos llenos de nostalgias de sábados truncos
enredadísimos entre los libros y las sábanas
solitarias almas, hermanos, canallas, divinos
hermosos y tristísimos leyendo a bryce echenique hablar de octavia de cadiz, octavia, octavia
y que "conmigo no había mas que una copa, la mía, y que allá tú tenías tu copa, la tuya, y que juntos, maravilloso, y que separados, tristísimo, pero que revuelto, locura"
y vivir locura, tristísimo y maravilloso
y tristísimo definitivamente
al encontrarte un domingo sin nostalgias
y no saber qué hablar
después de tantos silencios
de este abismo vertiginoso
del tiempo
escurriendo entre nuestros dedos
helados
pasmados
de nada
Ay el amor perdido. Como tan avaro sentimiento de decadencia. Cuchillos clavados en ojos ya ciegos por el amor encontrado, que no son siquiera luces del paso del tiempo en la piel amante que te envuelve esta tarde.
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