quisiera hacer una oda a un hombre
que es sencillamente un hombre
simple, transparente, sincero
mucho más simple de lo que mi complejidad quisiera
humilde, risueño, alegre
me inspira, el hombre
a ser mejor persona, a ser perseverante
a ser sencilla, a ser transparente
me estimula quizás, cosas nuevas
formas nuevas de mirar la vida
el paso del tiempo
el color de las nubes
el arrebolado amanecer
que ruboriza cada nube de día lunes
vengo a trabajar con ganas
con la ilusión de verlo
de estar cerca
de olerlo, de oírlo
de que me vea, que me oiga, que me huela
de que su vibración y mi vibración fundamental entren en resonancia
y ahí se construye la poesía
esa belleza cotidiana que nos estremece desde algo mucho más profundo que el estómago
algunos lo llaman alma
quisiera hacer una oda a un hombre
sin embargo no dejo de narrar
las maravillas cotidianas
como son, el sol calentando mi rostro mientras escribo estas letras
saber que estás ahí tan sólo a unos pasos de mi
conversar contigo, mirarte a los ojos y hacerte reír
tu risa alimenta mi felicidad
a pesar que sea gracias a una historia bizarra
aunque me contradiga con gusto
te voy buscando, voy perdiendo el miedo
te voy a saludar cada mañana, y sin darte cuenta el beso será cada vez más cuneteado
usted señor, sí, usted, el hombre
tiene algo que me resulta irresistible
no me preocupa que con el tiempo se haga cotidiano, vulgar y resistible
no me preocupa el tiempo
no tengo apuro, no quiero ahogarte en mi vorágine juvenil
sé que vendrán otros como tú, otros hombres que me resulten irresistibles
interesantes, intensos, profundos, simples y complejos a la vez
tu olor, tu olor lo inunda todo cuando caminas por aquí
y a mi se me nublan las ideas con el absoluto deseo de hundirme en tu pecho
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