el voraz deseo de las teclitas
y pasarnos una y otra vez la idea de dedicarnos a esto, a escribir y describir el azar y el contraazar, a apaisar un libro de chilenismos, feminismo, comunismo, poesía, paisajes, olores, comidas, amor y desamor, escribir y escribir y soltar y encontrar quizás entonces LA respuesta, o quizás entender de una vez por todas LA pregunta, y usar todos los recursos de la escritura, más allá, del orden de las letras amor.
y pedirle a la coti que haga los dibujos y plasmar la esencia de una hermandad divorciada por el ancho de la Ciudad, y hoy ya tu hijito que es la edad de la que recuerdo a tu hermano.
reciclar muchas cosas, camuflar algunos nombres, poner un poco de orden a toda la entropía
dejarle mucha, sí, mucho desorden y cabos sueltos
para que todos se crean un poco todos y un poco nadies
emprendería sólo para sentarme a escribir con gozo y deleite sobre la maravilla de vivir
aprendería idiomas sólo para plasmar historias con otros acentos
como hoy
qué poético final y afuera el viento desnudando el arrayán
escribir de cosas reales, de gente real, escribir también de los reyes
el plan
de escribir un libro
es siempre parte del plan
aunque sí, primero, vamos a terminar de escribir esa carta
no vuelvo hasta mandar la carta
es una penitencia!
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