sábado, noviembre 11, 2006

Reseña de nuestro día de vacaciones

Si pudiésemos ver de fuera, de bien lejos, ya no existen tus ideales ni tu romanticismo, no existen mis sueños ni mis cariños... sólo existe tu cuerpo y mi cuerpo que van danzando sin detenerse, sin descoordinarse, son pequeñas hojas que se mueven con el viento y llega el otoño que tanto las marea... pero el mareo es dulce, como la sonrisa o el almíbar de tus labios, tus labios, tus labios y yo que moriría en tus besos, yo que simplemente cierro los ojos y dejo las palabras nacer de la nada, así como hoy que el día fue tan lindo y tan sin hacer nada, simplemente nosotros y tus manos descubriéndome, tu lengua encontrando nuevos recovecos en esta arquitectura...
yo no podría ser sólo tu amiga porque tu cuerpo me incita, porque tus manos me llaman y buscan mi cuerpo mientras las mías están aferrándome a tu espalda, a tu pecho, anclando tu cuerpo del mío que no es más que espacio de sábana tibia después de dormir.
La cosquilla que viene desde la planta del pié me dice que ya te has sacado los zapatos y me robaste mis zapatillas, tu dedo gordo del pié juega y se entretiene tratando de encontrar la planta de mi pié y la acaricia y le hace cosquillas, entonces doblo la rodilla tratando de huir de esas cosquillas, pero me tomas por la cintura y ya no puedo hacer nada porque estoy ahogándome de risa y todo el universo (que somos nosotros) confabula para que se acabe todo en uno de esos besos que nunca se acaban...

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