domingo, agosto 29, 2010

La noche

La noche... la noche y su espacio sutil, vulnerable como mi alma al claro de la luna, noche dulce, negra pupila reflejando la mirada implacable de aquel, de las noches hermanas a esta noche, esas canallas, esas traicioneras.
Noche oscura, sin canción, sin amor, sin poema ni poeta.
Hambrienta de lágrimas la noche me atormenta, me susurra al oído palabras que no distingo de lamentos sobreesdrújulos.
Sobre, sobra, dónde quedaron esas noches enamoradas, dónde el jueguito de las letras, dónde el errante canturreo?.
Ya no hay más, ni estrellitas titilantes ni firmamento, no hay consuelos, hoy todas las palabras están de más, de mucho más, infinitamente más que lo tolerable, que lo permitido, que lo imaginable.
Refugios simples y cobardes, chocolate y vino tinto, pantalla brillante frente a los ojos, letras desesperadas que se arman en un desahogo simple y banal. Ni siquiera un verso pueden teclear estos dedos de uñas despintadas, ni novelita, ni cuentito, nada, nada, sólo escapismo dominguero, lleno de lugares comunes, de frases que no dicen nada.
Ni siquiera la música combina algo con este lugar, los peces se burlan de mi angustia, la ropa se acumula en el rincón evidenciando el paso de los días.
Todo es simplemente ahora, nada más existe, nada es real.
Ni siquiera tú, leyéndome y creyendo que puedes entenderme.

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