jueves, mayo 12, 2016

la realidad y el imaginario

aprovechemos que me desconcentré un segundo
vamos a vagar por el imaginario
por ese espacio gigante entre mi mente y la realidad, ese abismo
en el que me gusta estar, pero del que hay que huir
en el imaginario, por supuesto, ahora es primavera
en la realidad, es un crudo otoño, adelantado y despojando de colores el paisaje
en el imaginario, hay olor a nueces
en la realidad huele a almuerzo y eso no está tan mal
en el imaginario anoche visité a mi abuela, y comimos digüeñes en el campo, en verano, en el boldo
en la realidad me serví una gran fuente con ensalada de lechuga y palta
en el imaginario existe esa esperanza de que un día me mires con otros ojos
en la realidad ya perdí esa esperanza, aunque permanezca coqueta, es una idea desechada

la realidad, la realidad es bella
esta mañana caminé en equilibrio por la línea del tren hacia el trabajo
no lo sentí, pero recordé el olor a los fierros calientes de la línea del tren en Peñaflor
sentí el olor a tierra húmeda, muy sureño, mezclándose con el humo de las chimeneas
a lo lejos las bandurrias atravesaron el cielo graznando
el sol no se digna a aparecer aún, sólo tiñe de gris claro las nubes
como si al cielo le pusieran luces con tubos fluorescentes
aún hay rosas que se resisten a entender esto del otoño e insisten en florecer
pero sus flores son pequeñas, no muy fragantes y se van pudriendo por la humedad y las heladas
es una lástima porque esta ciudad es magnífica con todas sus rosas
y hay que cuidarlas, y podarle sus flores marchitas para que siga floreciendo
como al amor quizás, hay que podarle sus historias viejas para que siga construyendo
ese afán por el pasado, como el afán por lo imaginario, eso quiero superar este año
hoy leí por ahí, decía, el pasado no tiene nada nuevo que contarte
claro, algo así pienso yo, para qué vivir con la vista hacia atrás habiendo tanto horizonte por delante
y aunque lo pienso, lo olvido y caigo
mi mente, con sus recuerdos y su imaginario, es quizás mi mayor zona de confort
salir de ahí hacia lo real es siempre un universo
que a veces me deja pasmada, silenciosa, quieta
o me dan ganas de gritar, pedalear y tararear para salir de ahí pronto
la realidad
esa cosa tan difícil de enfrentar
y que insiste en volver cada día.

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