Hay penas tan grandes que es difícil saber por dónde empezar a soltarlas
Siempre pensé que la Oby iba a vivir para siempre, sabía que la vida no funciona así, pero es una persona que en mi vida estuvo desde siempre y quería aferrarme a eso.
De niña recuerdo q nunca quiso q le dijeramos abuela, era simplemente la Oby, una mujer adelantada a sus tiempos, resuelta, profesional, independiente, con una energía infinita, opiniones siempre muy claras sobre todo, gustosa de la lectura, los naipes, las plantas y el tejido.
Oby, desde su nombre en adelante todo la hacia distinta a todas las mujeres que he conocido, Oby nunca tuvo pelos en la lengua para ser firme, pero a veces había que descifrar sus deseos que lanzaba de forma camuflada, en vez de decir: puedes barrer, ella decía: me carga barrer... Cosas así
Recuerdo que en Bocaccio todas las tardes jugábamos pato o revoltijo mientras veíamos la grabación de Marrón Glase que tenía programada para grabar en VHS y así verla sin comerciales, comiendo galletas de vino, seguramente con su pucho encendido.
Recuerdo las infinitas veces que viajamos al campo, en bus y volvíamos con ramas e avellanas y copihues que luego ponía en un florero en el comedor.
Fue ella la que me enseñó, posiblemente, todos los nombres de las plantas que conozco, sus cuidados, cómo y cuándo podar los rosales y que a la menta hay q cortarle la puntita para que macolle y no se apilgüe.
Me regaló más libros de los que fui capaz de leer pero q hoy estoy retomando leyendoselos a la Olivia, sin duda plasmó un gusto por la lectura en todos nosotros.
Nunca entendió como me podía gustar la música de esa niña q grita tanto tan desafinada (Shakira), en cambio las mañanas sonaba sin falta radio Bethoven en la cocina.
Recuerdo hace poco su emoción por descubrir que podía ver los conciertos completos en Youtube dirigidos por su director favorito que no retuve.
Nunca jamás se quedó atrás en la tecnología, de la máquina de escribir al procesador de textos, computador, internet, mail, celular inteligente, Facebook, WhatsApp, ella lo quería saber todo y uso todo, sin quedarse atrás.
Me acuerdo de su oficina de Amunategui donde tenía autos para representar los choques y yo jugaba con ellos, de ella aprendí que la culpa de un choque por detrás siempre es del de atrás y otras cosas sobre choques que afortunadamente no me han servido aún.
Y un día, creo que el 2002 o 2003, la experta en choques pucha que nos asustó, cuando en una maniobra extraña saliendo del outlet hacia la casa terminó debajo de un camión, inconsciente, contusa y milagrosamente ilesa para la gravedad del accidente, desde que supe que nos dejó no he dejado de consolarme pensando en ese día, ese día en el que quizás el Tata, quizás la Mutty, quizás que angelito le dijo que no, que aún no era su tiempo y que le quedaba montón de vida por delante... Y todos estos años la tuvimos de prestada y fue hermoso.
La Oby tenía tanto amor que entregar, aunque a su forma, con más comida que palabras y de seguro con algún reto, que no le bastaba con aclanar a sus hijos, también siempre aclano a sus hermanos y sobrinos como buena hermana mayor, gracias a ella está familia creció grande y unida y nuestro deber con ella ahora es conservar este espíritu, honrarla con nuestra unión.
Tengo unas emociones muy encontradas con la pandemia, porque al final nos la quitó, pero creo que también le dio a la Oby la oportunidad de vivir al fin una suerte de jubilación, porque obvio que ella con su infinita energía nunca dejó de trabajar y los de la oficina saben que aunque se fue a guardar al campo de vez en cuando preguntaba por sus casos, pero los tribunales un rato cerraron y eso la obligó a pausar, tuvo la oportunidad de contemplar su Rucalemu con todos sus cambios de estaciones, de regalonear a sus hijos y nietos, siento que de alguna forma, sin saberlo del todo la Oby paso estos últimos 2 años despidiéndose.
Me acuerdo cuando migre al norte y la pasé a ver al campo y le conté que tenía como 6 semanas de embarazo, saltaba de felicidad, real, saltaba, la Adela ya se había anunciado en camino y ahora sería bisabuela por partida doble.
Me complace sentir que la Oby cumplió sus sueños, viajó, mantuvo unida a esta familia, cocinó a destajo, contempló y gozo del campo, siempre disfrutaba almorzar con una cerveza servida en vaso, espumosa, armó mil puzles, saco infinitos solitarios, nos ganó a todos en el naipe y ahora decidió partir, con su mente buena, con el control de su cuerpa, en una primavera que se vuelve muy extraña con su ausencia.
He querido revivir momentos lindos, algunos, porque creo que sí escarbo en mi memoria estaría días contándoles anécdotas, cosas q me enseñó, como la nieta mayor siento que tuve la fortuna de aprovecharla a concho, viví con ella, fuimos vecinas toda mi infancia y adolescencia, conmigo a veces se desahogaba de algunas situaciones y yo la ayudaba a mirarlas desde otras perspectivas, sé que siempre para todos fue una alegría genuina verla y ahora tocará cobijarse en los recuerdos, atesorarlos, registrarlos, compartirnos sus recetas y sus tips de jardinería, la Oby nos dejó de manera terrenal pero no me cabe duda que seguira viviendo en cada uno de nosotros, porque es una mujer extraordinaria, inolvidable, tremenda e inspiradora.
Abuela, te amo pa siempre