jueves, enero 21, 2010

del libro con el que ando en el bolsillo

-Pobre Artaud -dijo Wally-. El perfecto caleidoscopio: su obra pasa de mano en mano, y en ese instante cambian los cristales (cambia la mano), y ya es otra cosa.
-Quizás -dijo Clara, que estaba entre ellos- las obras que importan no son las que significan, sino las que reflejan. Quiero decir las que permiten nuestro reflejo en ellas. Un poco bastante lo que sugería Valéry.
-De donde se extrae una vanidosa consecuencia -dijo Wally-. Y es que los importantes somos nosotros. Tu idea es el artículo primero del estatuto de un club de lectores. Por mi parte, prefiero hacerme chiquita y dejar que el libro se me venga encima.
-Serás de las que leen dos libros por día -dijo Clara con alguna burla.
-A veces sí. Con la bibliografía que hay a mano, es bueno que haya un lote de lectores voraces.
-Lo malo -dijo Clara- que el escritor cuenta con otro lector, con el que andará siempre llevándolo en el bolsillo.

[El Exámen, Cortazar]

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